15.10.16

El Nobel de Literatura 2016 o de cómo me he planteado leer a Hemingway


Cuando a Leonard Cohen le otorgaron el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2011 fué una agradable sorpresa. Me pareció no sólo que era bien merecido, sino que se trataba de un enfoque fresco y novedoso frente a las letras de parte del quienes lo eligieron.
El quebequense (Cohen nació en Montreal) antes que nada es un poeta, comenzó publicando poesía cuando estudiaba en la universidad y ya para entonces ganó reconocimientos por lo que escribía. También ha escrito prosa, de hecho, Beautiful Losers, su segunda y (quizá) última novela ya tiene un lugar en la historia literaria del Canadá por ser la primera o una de las precursoras del posmodernismo en aquél país -lo cual, por cierto, me lleva a incluirla a la lista de novelas que me gustaría leer-.
En fin, lo que quiero decir es que Cohen con el Príncipe de Asturias me suena muy razonable, y Bob Dylan con el Nobel de Literatura me parece desproporcionado y bastante fuera de lugar.
No estoy negando la influencia enorme de Dylan en la música contemporánea, particularmente en lo que calificamos como rock.
Como bien dijo Bruce Springsteen, sin Dylan, quizá los Beatles no hubieran compuesto Sargent Pepper, los Sex Pistols no hubieran hecho God save the Queen o U2 Pride, in the name of love. Tal vez sí, o quizá no, pero el Jefe tiene razón en la enorme trascendencia del compositor y cantante de Minnesota, descendiente de judíos ucranianos, lituanos y turcos.
Lo anterior queda clarísimo y sinembargo no veo a Dylan, en el campo de las letras, al mismo nivel, digamos por citar otros laureados estadounidenses, de Hemingway, Faulkner o Eliot.
«Haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición americana (sic!) de la canción» no me alcanza para un Nobel de literatura, aunque claro, el premio no es un asunto de consulta popular y a los jueces suecos les debe importar un pepino lo que la mayoría de nosotros opinemos, en un sentido o en otro, pero es solo que ¿en verdad tenían que elegir a otro candidato de habla inglesa, a otro estadounidense y encima a uno que ni siquiera se dedica a la literatura?


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